SOPA ESPESA

La sopa de nuestra infancia

Esta sopa apenas necesita explicación, pero quiero dejarla por escrito para que mis hijos la recuerden siempre, ya que era de las que más disfrutaban todos cuando eran pequeños. 


Esta es una receta de aprovechamiento pura y dura. Si ya has curioseado el blog habrás visto que abundan las cremas de verdura, ya que me encantan y siempre ha sido un modo de introducir las verduras en la alimentación de los niños. 

Cuando sobra una ración de crema o puré de verduras se pueden hacer varias cosas: congelarla (no todas las veces queda bien), reservarla para una persona para la siguiente comida o cena, o hacer sopa. Y esta última es la opción que muchas veces elijo, porque de una ración de crema de verduras me puede salir una cazuela de sopa para cinco personas.

En esta ocasión había hecho una crema de verduras con un sofrito con aceite de oliva, cebolla y puerro, añadiendo un calabacín troceado, dos zanahorias y un boniato. Se cubre con agua y se hierve hasta que todas las verduras están blandas. Se tritura con la batidora y se juega con el caldo, es decir, se pone o quita caldo de la cocción según quieras que el puré sea más o menos espeso. Una vez hemos comido todos de la crema de verdura, me ha sobrado un poco, como una ración grande. 

Se echa la ración de crema de verduras en una cazuela y se añade agua, calculando la necesaria para tres o cuatro comensales. Se añade un poco de sal y se lleva a ebullición. Resulta un caldo espesito, con cuerpo y con mucho sabor ya que la base es un rico puré de diversas verduras. A veces, lo sirvo así, tal cual, y a esto lo llamamos consomé espeso. Otras veces, le echo un buen puñado de fideos finos y el resultado es lo que llamamos la sopa espesa

Espero que cuando pasen los años y se pregunten ¿cómo era aquella sopa que hacía mamá? encuentren en estas páginas el sabor de sus infancias y el recuerdo de la mesa familiar.



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