Vicenta era la tendera que tenía su pequeña tienda de ultramarinos junto a nuestra casa de la avenida Carolina Coronado. Era una señora bajita y regordeta, con los ojos achinados, muy amable y cariñosa. La recuerdo con su bata gris, se llevaba muy bien con mi madre y a veces pasábamos ratos en la trastienda mientras ellas charlaban. Nos enseñó esta receta y es una de las cosas que aprendí a hacer siendo muy pequeña.
En Semana Santa estos dulces tradicionales no pueden faltar en casa. Es ya una tradición dedicar al menos una tarde a cocinar estos dulces típicos en familia. Son clásicos y nos encantan a todos. Y desaparecen muy rápido, ¡así que hay que hacer una buena provisión!
QUÉ NECESITO:
- 2 medidas de vino blanco
- 1 medida de aceite (de oliva virgen extra)
- 1 huevo
- anises, levadura
- la harina que admita
- aceite de oliva para freír
CÓMO SE HACE:
Se hace un volcán con la harina y se echan los demás ingredientes en el centro. Se amasa con las manos.
Se van cogiendo pequeñas porciones que se amasan con el rodillo y se les da la forma de pestiño.
Se fríen y se espolvorean con azúcar y canela. A mi marido le gustan más con miel, así que también hago otra fuente de pestiños que baño en miel. Para ello rebajo la miel con un poco de agua y la caliento ligeramente, antes de sumergir los pestiños.
Comentarios
Publicar un comentario
¡Nos encanta saber qué opinas!