Un plato tradicional para toda la familia
Sé que son laboriosas y lleva algo de tiempo preparar una olla de albóndigas. Pero gustan a todos y de vez en cuando me meto en la cocina y preparo las albóndigas de toda la vida. Si no nos las comemos todas (lo cual es raro) se pueden congelar perfectamente y eso sí que me da satisfacción. Que un día me apetezcan albóndigas y solo tenga que coger un táper del congelador... ¡eso no tiene precio!
QUÉ NECESITO:
- 1,5 kilos de carne picada, mitad cerdo, mitad ternera
- 1 huevo
- Cebolla, puerro, ajo
- Sal, pimienta, perejil, nuez moscada
- Aceite de oliva virgen extra
- Vino blanco, caldo o agua.
CÓMO SE HACE:
Pongo la carne en un bol y le añado el huevo, una cucharadita de sal, pimienta al gusto, una cucharada de perejil picado (fresco o seco), media cucharada de ajo molido, una pizca de nuez moscada. Lo mezclo con un tenedor.Le añado dos cucharadas de cebolla y puerro, finamente picado y previamente pochados y dorados en una sartén con una pizca de aceite de oliva. Lo mezclo todo bien.
Hago las bolitas con la mano y las paso por harina de arroz para que se queden bien formadas y no se deshagan al echarlas a la sartén. En casa preferimos las albóndigas pequeñas. Con el kilo y medio de carne me han salido 67 albóndigas.
Luego las frío en aceite de oliva, dorándolas levemente, porque luego se terminarán de hacer junto con la salsa.
Para la salsa, sofrío cebolla, puerro y un diente de ajo. Una vez dorado el sofrito lo echo a la batidora junto con un vaso de vino blanco (o mitad vino blanco y mitad brandy). Se puede hacer también con otro tipo de vino. Aquí tienes las albóndigas que hace Marta con Pedro Ximenez.
Pongo en la cazuela un chorreón de aceite de oliva y tuesto ahí un par de hojas de laurel, echo las albóndigas y encima vierto el contenido del vaso de la batidora, o sea el sofrito mezclado con el vino. Dejo que se evapore el alcohol y le añado uno o dos vasos de caldo. Si no tengo caldo le echo agua.
Lo hiervo unos minutos hasta que la salsa se ve ligada y espesita. Lo que más gusta en casa es acompañar con patatas fritas, pero también se pueden comer solas, con arroz, con pasta... O incluso se puede hacer una salsa jardinera con patatas y zanahorias. Y cuando las hago con salsa de tomate ¡están espectaculares! Pero eso es harina de otro costal y lo contaremos en otra ocasión.
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