Pura proteína vegetal con sabor oriental
Mi señora suegra, que en paz descanse, solía hacer unas frituras con los garbanzos que le sobraban del cocido que se llamaban repápalos. Alguna vez los comí en su casa. Ella hacía una masa con los garbanzos sobrantes, miga de pan, huevo, perejil y ajo. Luego las freía y las ponía en salsa. La receta de hoy solo tiene en común con la de mi suegra el uso de los garbanzos. Y aunque se trata de dos platos diferentes, no puedo evitar acordarme de ella. Tal vez sea porque cuando hago falafeles mi marido los ve y dice: ¡qué bien, repápalos!
Los falafeles son una frituras típicas de Oriente Medio y Egipto. En casa conocimos esta comida buscando opciones nuevas para cubrir las necesidades de nuestras hijas con intolerancias. Se hace con garbanzos crudos y no pueden faltar el ajo y el cilantro en su preparación. La elaboración es muy sencilla, el sabor es sorprendente y el valor nutricional es digno de tener en cuenta.
Si quieres saber cómo se hacen y disfrutar de esta exótica vianda, sigue leyendo.
QUÉ NECESITO:
- 250 gramos de garbanzos
- perejil, cilantro
- media cebolla fresca (aproximadamente 100 gramos), un diente de ajo
- dos cucharaditas de sal, media cucharadita de pimienta, una cucharadita de comino molido
- un poco de harina de garbanzo
- aceite de girasol para freír
CÓMO SE HACE:
En primer lugar se ponen los garbanzos en remojo la noche anterior. Han de estar en remojo unas 12 horas.
Para preparar la pasta, he usado la michicuchi pero se puede hacer con la batidora que uses habitualmente. Yo antes lo hacía con la batidora de mano y quedaba bien.
Se enjuagan los garbanzos con agua fría, se escurren y se echan en la michicuchi. Se añade un ramito de cilantro enjuagado (yo he puesto como dos cucharadas soperas porque era lo que tenía, pero se puede poner algo más) y otro buen ramito de perejil, el diente de ajo, la cebolla, la sal, la pimienta y el comino molido.
Se cierra la michicuchi y se pone 30 segundos en la velocidad 9. Se abre y se baja con la espátula lo que hay por las paredes del vaso. Se pone otros 30 segundos. Y, si hace falta, se repite la operación. Tiene que quedar algo así:
Luego se vuelca la pasta en una fuente y si está muy húmeda, se le puede añadir un poco de harina de garbanzos. Yo he añadido como una cucharada sopera colmada, aproximadamente. Se mezcla con el tenedor, hasta que veas que la masa no se deshace entre los dedos. Se van cogiendo bolitas con la cuchara y se le da forma con las manos. Se fríen directamente en una sartén honda con abundante aceite. Se doran y se sacan sobre papel absorbente.
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