Un sabor intenso para un postre diferente
Sí, sí. Estás leyendo bien. Hoy hemos hecho piña al horno. Vimos una vez esta receta en la tele y luego le hemos ido dando nuestro toque. La piña al natural es maravillosa, pero cuando la ponemos al horno, se intensifican todas las sensaciones que produce en nuestra boca. Además, hay en la familia quien no la puede degustar en crudo, porque le da algo de alergia. Pero cuando la pasamos por el horno, ya no es tan irritante y se puede disfrutar sin problemas.
Sabemos también que la piña no es un producto de cercanía aquí donde vivimos. Pero al comprarla he tenido en cuenta que ya estaba en mi frutería de confianza (ya sabéis, frutería El Parque en el barrio de San Fernando de Badajoz), por lo que he pensado que el gasto de la huella de carbono ya estaba hecho. Por otra parte, aunque es nuestra intención siempre cocinar con productos de cercanía creo que eventualmente no tenemos por qué renunciar a otras viandas que tenemos a nuestro alcance.
Es fácil de elaborar y el resultado merece la pena gracias a la mezcla de especias que se usan. Si quieres saber cómo se hace la piña al horno, sigue leyendo.
QUÉ NECESITO:
- Una piña que esté en su punto óptimo de maduración (para ello hay que tirar de una de las hojas del centro y si se desprende con facilidad es que está en su punto)
- Dos cucharadas de azúcar moreno
- Una cucharadita de canela
- Dos cucharaditas de jengibre
- Un puñadito de clavos de olor
- Unos granos de cardamomo
- Medio vaso de agua
CÓMO SE HACE:
Se pela la piña y se parte en cuartos a lo largo. Cada tira de estas, se parte en triángulos de aproximadamente un centímetro. Yo no suelo quitar el centro, porque creo que así se aprovecha mejor la fruta.
Se ponen en una fuente apta para horno y se rocían con el azúcar, la canela, el jengibre, los clavos de olor y los granitos de cardamomo. Recuerda que las vainas de cardamomo hay que abrirlas y que se aprovecha el interior de cada una de ellas, se pueden golpear un poco con la maja del mortero para que suelten su aroma mejor.
Se echa medio vaso de agua y se revuelve todo para que se repartan las especias.
Se pone al horno a 150º una media hora. Se puede tomar templada, pero está mejor fresquita. Por ello es bueno hacerlo unas horas antes, o incluso un día antes, del momento en que tengas pensado servirla.
¿Conocías este postre?
Si te atreves a cocinarlo, no olvides contárnoslo en los comentarios. Nos encantará leerte.
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