CARNE PICADA AL AJILLO

Cuando de la necesidad surge una receta nueva

Este plato lo inventé hace muchos años, cuando mis hijos eran aun pequeños. Desconozco si alguien prepara así la carne, pero os aseguro que fue una improvisación total que ya se quedó a vivir con nosotros y lo sigo haciendo habitualmente. En aquella ocasión había comprado la carne picada para hacer albóndigas, Pero llegó la hora de comer, las albóndigas no estaban hechas y los niños tenían hambre. ¿Qué hacer? ¡Preparar la carne de una manera rápida para salir del atolladero!


Nos gustó el resultado. Además para los peques la carne picada era muy cómoda de masticar. Así que creo que puede ser una buena opción para introducir a los niños en un nuevo alimento. Sigo siendo partidaria de  consumir poca carne. Ya he contado en alguna ocasión que a mi no me gusta mucho. Pero también creo que un consumo ocasional no es malo y que si la carne es de buena calidad y baja en grasas supone un buen aporte de proteínas para nuestro organismo. 

Normalmente lo acompaño con arroz, pero también se pueden poner unas patatas fritas, unos boniatos o un cuscús. Esta carne puede servir como base para hacer una salsa boloñesa para la pasta y quedará realmente rica y sabrosa. Además, se congela perfectamente por lo que, si sobra, es una buena opción para un día de esos en que no quieres o no puedes cocinar. 


Y, sin más, paso a explicar cómo se hace la carne picada al ajillo.

QUÉ NECESITO:

  • 1 kilo de carne picada de cerdo o ternera. Yo la compro mezclada al 50% en mi carnicería. Si te parece que contiene mucha grasa, pídele al carnicero unas piezas magras de carne y que te las pique en el momento.
  • 5 dientes de ajo, sal, pimienta negra, dos hojas de laurel.
  • Hierbas aromáticas: perejil, tomillo, orégano, albahaca... las que te gusten o las que tengas a mano.
  • Aceite de oliva virgen extra, medio vaso de vino blanco.


CÓMO SE HACE:

Pelamos y cortamos los ajos en trozos medianos. Los ponemos en la sartén con un chorreón de aceite de oliva y las dos hojas de laurel


Cuando están empezando a dorarse los ajos, se añade la carne picada y se le da unas vueltas hasta que esta empieza a perder la vergüenza. Se pone la sal al gusto (más o menos media cucharadita) y se espolvorea con un poco de pimienta negra molida.


Se echa un buen chorreón de vino blanco y se añaden las hierbas aromáticas. Se remueve todo para que se mezclen bien las hierbas y se deja en la candela a fuego medio hasta que el líquido empieza a reducir y removiendo de vez en cuando.

Cuando a penas queda vino en el fondo, la carne está en su punto. Y ya solo queda servir y disfrutar.


Aparte, se pueden freír unas patatas o hacer un arroz blanco para acompañar. ¡No te olvides de poner en la mesa una ensalada y una pieza de fruta!






Comentarios