SOPA DE VERDURAS ROMANA

¿Quién dice que en Italia solo se come pasta y pizza?

La verdad es que cuando voy a Roma lo que más como es pasta o pizza. Se podría decir que voy a lo conocido y económico, y no me complico la vida con las comidas esos días que estoy allí, normalmente con mi alumnado de excursión.

La última visita que hemos hecho a la Ciudad Eterna hemos encontrado un restaurante cerca de nuestro hotel que nos gustó mucho a mis compañeros profes y a mi. Parecía un restaurante alejado del circuito turístico, con clientela italiana y familiar. Enseguida nos conquistaron sus manteles de cuadros y sus servilletas de tela. Hacía frío y nos pedimos una sopa de verduras que proponía la carta del restaurante. La saboreamos como si nunca hubiéramos comido un manjar más delicioso. Y es que el cuerpo estaba agradeciendo sumamente esta caricia de comida casera y saludable en estos días que habíamos gastado tanta suela de zapato por las calles romanas.

Al llegar a casa, he estado esperando la ocasión de emular aquella sopa del Ristorante Regina, en Via dei Mille. Y hoy ha sido el día. La verdad es que preparar esta sopa no tiene mucha ciencia. Eso sí, resulta laborioso si quieres usar las verduras naturales. 


Si quieres saber cómo hacer una deliciosa sopa de verduras o minestrone, sigue leyendo.

QUÉ NECESITO:

  • Un trozo de puerro, un trozo de cebolla, una rama tierna de apio.
  • Un puñado de judías verdes (unas 12 vainas).
  • Una patata, una zanahoria.
  • Un calabacín pequeño.
  • Cualquier otra verdura que tengas a mano. Yo he añadido un poco de acelgas que tenía para otra preparación y unas ramitas de brócoles que había cocido aparte de las flores.
  • Unas legumbres que tengas de sobra. Yo he usado unas judías pintas de bote, unas 5 cucharadas soperas. Esta sopa admite igualmente garbanzos o lentejas.
  • Caldo de verduras, o de pollo, o simplemente agua.
  • Aceite de oliva virgen extra, sal, polvo de tomate seco (de nuestra transformadora de Villafranco)


CÓMO SE HACE:

Empezamos haciendo un sofrito con el puerro, la cebolla y la rama de apio picados en trozos menudos.


Cuando el sofrito está pochado, le añado las verduras troceadas en cubos muy pequeños: la patata, la zanahoria, el calabacín y las judías verdes. Lo rehogo todo unos instantes, agrego las acelgas picadas y los troncos de brócoles que tenía previamente cocidos.


Lo remuevo y añado el caldo de la cocción de los brócoles, más un par de vasos de agua. Añado la sal y una cucharadita de polvo de tomate. Lo he tenido hirviendo unos 10 minutos a fuego medio. 



Luego he abierto el bote de las judías pintas y he cogido como cuatro o cinco cucharadas soperas de alubias con su caldo de conserva. Lo he añadido a la cazuela y he repartido. He dejado hervir otros cinco o seis minutos. He comprobado el punto de sal y si todas las verduras estaban tiernas. 

Cuando me ha parecido que estaba en su punto, he apagado la candela y he dejado reposar un poco. Y este ha sido el resultado.

¡Ahora solo queda servir y disfrutar! BUON APPETITO 











Comentarios