Una combinación de verduras que nunca envejece
Hace algún tiempo vi en la televisión un documental sobre la isla japonesa de Okinawa, reconocida como el lugar donde viven la mayoría de personas más longevas del mundo. Ahí explicaban que por la situación geográfica en esta isla no se cultiva arroz, pero sí se cultiva tradicionalmente un tipo de batata o boniato morado que ellos consumían diariamente.
Hay estudios que relacionan la alimentación, y en concreto el consumo de boniatos, con la longevidad de la población de esta isla nipona. Y esto me parece un dato muy curioso y muy interesante.
En mi infancia solíamos comer los boniatos en otoño, por los Santos. Eran algo excepcional y típico de estas fechas como las castañas y los higos secos. Mi madre los ponía al horno, luego los azucarábamos y los comíamos con una cucharilla, calentitos... Y, la verdad, antes nunca había pensado en incorporarlos a la dieta cotidiana.
Pero ya desde hace unos años hemos probado a comerlos de distintas formas. Si tienes problemas con las patatas, las batatas (con B) pueden resultar un buen sustitutivo, ya que se puede freír, asar o incorporar a una crema de verduras, como he hecho hoy. (En esta receta te muestro cómo preparar los boniatos a la francesa, al horno)
Además, su aporte en betacarotenos, tocoferol, ácido fólico y vitaminas (A, B9) serán bienvenidos para cuidar nuestra piel, nuestros ojos, nuestro sistema cardiovascular y nuestro sistema inmunitario.
QUÉ NECESITO:
- Una batata
- Dos calabacines pequeños
- Dos zanahorias
- Un puerro (la parte blanca)
- Media cebolla
- Aceite de oliva virgen extra, sal, pimienta
CÓMO SE HACE:
Se echa un chorreón de aceite en el fondo de la cazuela. Se limpian y trocean la cebolla y el puerro, en trozos menudos, pero no demasiado, se echan en la cazuela y se sofríen levemente. Se añade la zanahoria, pelada y cortada en rodajas, y se le dan unas vueltas para que se sofría también. Luego se añade el boniato, pelado y troceado e igualmente se le dan unas vueltas por dos o tres minutos. Finalmente, se añaden los calabacines, pelados y troceados. Se revuelve todo un instante.
Por último, se añade agua hasta cubrir las verduras, se añade la sal al gusto y una pizca de pimienta, se lleva a ebullición y se cuece unos 15 minutos a fuego lento.
Se deja enfriar un poco antes de meter la batidora. El dulzor de la zanahoria y del boniato quedan compensados por el toque de la cebolla y el puerro levemente sofritos. Se tritura todo y ya tienes tu cuenco de crema de calabacín y boniatos para disfrutar en la comida o en la cena.
¡A mi en invierno me pirran las cremas de verduras y las sopas a la hora de la cena! Y a ti ¿te gustan? Deja tu comentario aquí abajo, me encantará saber si te gusta esta receta.
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