Un rico caldo de gallina para la fiesta más hogareña y entrañable
¡Oy, oy! ¡Cómo me gustan estas fiestas! Siempre me han gustado especialmente los meses de diciembre y enero, los días nublados y fríos... No sé si será porque siempre he sido muy hogareña y este tiempo me invita a disfrutar aun más los días que estoy en casa. Además, si hay una fiesta que disfruto es la Navidad. La Navidad siempre me gustó, pero empezó a gustarme mucho más cuando fui madre y empecé a compartir esta fiesta con mis hijos. Ahora, que son mayores, sigo disfrutándolas como una niña chica: Me encanta adornar la casa (aunque sea sencillamente), sacar algunos de mis belenes, poner velas, oír villancicos o cantarlos, cocinar sin prisas y con la compañía de mis hijas, esmerarme en los platos y tratar de dar gusto a todos los de la casa.
En Navidad se hacen muchos platos tradicionales y es normal que en cada casa haya algunas recetas que permanecen año tras año. Cuando yo era una niña, mi madre solía cocinar un pavo. En algunas ocasiones, lo compraba vivo y lo tenía en el patio los días previos al sacrificio. Aun recordamos el año en que mis hermanos y yo descubrimos que aquello que teníamos en el plato era la criatura adorable con la que habíamos estado jugando días antes. Lloramos mucho y nunca, nunca, quisimos volver a comer pavo...
Pero ahora soy yo la matriarca y, por votación popular, llevamos muchos años haciendo este rico consomé de gallina, que gusta a todos, es sencillo, es barato, se prepara en un pis-pás y lo disfrutamos varios días con diversas versiones. Puedes mirar cómo se hace la sopa del día después, pinchando aquí.
Si quieres saber cómo se hace el consomé de Navidad, sigue leyendo.
QUÉ NECESITO:
Para no estar agobiada cuando llega la fecha y no encontrarme con los precios muy altos, he ido a la carnicería 15 días antes de Navidad. He comprado media gallina y un surtido de huesos. Al llegar a casa, los he enjuagado y escurrido y lo he congelado todo. El día 23 he sacado las carnes y huesos del congelador y las he puesto a descongelar en la nevera. El 24 por la mañana estaba todo perfecto y he hecho el caldo. También se puede hacer el caldo unos días antes y congelarlo ya hecho, pero a mi me gusta hacerlo así.
Para el caldo:
- Media gallina
- Un hueso de jamón, un hueso "salao", un hueso añejo, un hueso fresco
- Uno o dos trozos de costilla ibérica, un hueso de espinazo
- Un trozo de tocino
- Dos o tres ramas de apio, una cebolla, la mitad más verde de un puerro, un nabo
- Dos cucharaditas de sal
Para la guarnición:
- Dos huevos duros
- Carne de gallina desmenuzada
- Un poquito de jamón muy picadito
- Unos cuscurritos de pan frito, para los que no tienen problemas con el gluten
CÓMO SE HACE:
Yo uso la olla rápida para muchas cosas, también para hacer este caldo y tengo que decir que no desmerece de la tradicional cazuela. Presumir de tener un caldo cociendo dos o tres horas no tiene sentido, si tenemos una olla exprés o una olla rápida que nos puede hacer el trabajo en menos tiempo y conservando mejor los nutrientes.
Enjuago todas las piezas de carne y las pongo en la olla, limpio las verduras y las añado. Cubro con agua hasta el tope que me indica mi olla. Añado dos cucharaditas de sal gorda. Pongo la candela y espero a que la olla haga su trabajo.
Una vez hecho el caldo, lo cuelo en una cazuela. Aparto el trozo de gallina y separo la carne del hueso. Con la gallina desmenuzada tengo para hacer guarnición del consomé y, como cunde bastante, suelo hacer unas croquetas que tienen mucho éxito.
Normalmente, sirvo los cuencos con el caldo y pongo las guarniciones en la mesa para que cada cual se eche lo que quiera, aunque para la foto hoy lo hemos hecho al revés 😉
Y así, con un caldo calentito y bastante ligero, empezamos una de las cenas mas especiales y entrañables del año. Por lo menos en mi casa.
¡FELIZ NAVIDAD!
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