POLLO AL HORNO

Una comida especial para un día especial

Una comida especial no tiene por qué ser cara ni por qué ser complicada de elaborar. El pollo al horno, lo hagas como lo hagas, es un plato que se hace prácticamente solo y que gusta a todos. Una vez metes la bandeja en el horno, solo necesita que lo vigiles un poco pero te permite estar haciendo otras cosas en la cocina o atender a tus invitados. 

En esta ocasión lo he acompañado con unos boniatos a la francesa y unos tomates asados también en el horno. Además, he puesto en la mesa una rica ensalada para aportar algo de frescor al menú. Todos hemos disfrutado de una comida sin gluten, sabrosa y nutritiva.

Si quieres saber cómo he preparado el pollo al horno, sigue leyendo.

QUÉ NECESITO:

• Un muslo de pollo por persona, con su contramuslo.
• Una cebolla, 2 o 3 dientes de ajo.
• Aceite de oliva virgen extra, sal, pimienta, perejil, tomillo.
• Un vaso de vino blanco, un chorreón de jerez oloroso.

CÓMO SE HACE:

Primero preparamos una cama con la cebolla cortada en tiras finas y los ajos pelados y partidos por la mitad. Le echamos un chorrito de aceite de oliva y lo repartimos bien.

Luego ponemos los muslos de pollo con la piel hacia arriba y salpimentados por ambos lados. Yo le echo la sal y lo restriego con la mano parta que se reparta bien. 

Una vez colocados los muslos en la bandeja del horno, los aderezo con una buena cantidad de perejil y tomillo. Estas hierbas pueden ser frescas o secas. Yo las uso normalmente secas. 

Añado a la bandeja del horno el vino blanco y un chorrito (creo que no llega a medio vaso) de jerez oloroso.

Lo pongo en el horno precalentado, a 180 grados, con calor arriba y abajo y con ventilador. Estas son las opciones de mi horno. A los 25 minutos, doy la vuelta a cada pieza para que se haga también por el revés y para que la salsa esté en contacto con la parte de la piel. Lo tengo 15 minutos y vuelvo a darle la vuelta. Lo mantengo en el horno 15 minutos más. 

El resultado es un pollo bien hecho, dorado y jugoso al mismo tiempo. 

¡Y ya solo queda servir y disfrutar!