TALLARINES CON ALBÓNDIGAS VEGETALES

Recordando la peli "La dama y el vagabundo"


Hoy he hecho albóndigas vegetales con proteína de guisante recordando esos espagueti que se comían los perritos en la película de Disney. Cuando mis hijos eran pequeños esa película era de sus preferidas y a veces me pedían "espaguetis con bolitas de carne como en la película". Entonces se lo hacía procurando que el plato se pareciera al de la película, con unas albóndigas de carne muy pequeñas, para que se pudieran repartir bien entre la pasta. Y ellos disfrutaban como sólo los niños lo pueden hacer. 


Pero cuando decidimos reducir el consumo de carne y disfrutar de las proteínas vegetales, esta se convirtió en una buena opción. Básicamente, he utilizado la receta de las mini hamburguesas vegetarianas, pero hoy he hecho bolitas con la masa, que he frito y mezclado con salsa de tomate. 

Si ya conoces los usos de la proteína vegetal, esta receta te va a encantar y si tienes hijos pequeños no dudo de que te la van a pedir una y otra vez. Si quieres conocer otras recetas con proteína de guisante o de soja, mira mi receta de pasta a la boloñesa vegetariana o la de guiso de patatas con carne vegetal

Si quieres saber cómo se hace este rico plato de tallarines con albóndigas vegetales, sigue leyendo.

QUÉ NECESITO:

  • 100 gramos de proteína de guisante.
  • 1 huevo
  • Un trozo de puerro rehogado en un poco de aceite
  • 1 calabacín pelado y rallado
  • Sal, pimienta, nuez moscada, perejil, orégano
  • Una cucharada de salsa de soja
  • Harina de arroz
  • Harina de mandioca tostada
  • Aceite de oliva virgen extra o aceite de girasol para freír
Para la salsa de tomate: 
  • Un diente de ajo, media cebolla, una zanahoria
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Tres tomates maduros o un bote de tomate triturado
  • Sal, pimienta, albahaca

CÓMO SE HACE:

Se pone la proteína de guisante en remojo con agua templada, siguiendo las instrucciones del paquete. Cuando ha absorbido el agua, se escurre y se pone en un bol. Se añade el huevo, la sal, la pimienta, una pizca de nuez moscada, el perejil y el orégano (al gusto). Recomiendo ser generosos con las especias, ya que le va a dar mucho sabor a la proteína de guisante que es un poco insípida, como la de soja.

Aparte, en una sartén se echa un poco de aceite de oliva y se pocha el puerro finamente picado. Cuando está empezando a dorarse, se aparta, se deja enfriar y se echa en el bol. También pelamos y rallamos el calabacín y lo añadimos.

En este momento se puede añadir una cucharada de salsa de soja. Esto contribuirá a realzar el sabor de la masa. Se mezcla todo y, si la mezcla resulta muy húmeda, se añade harina de arroz poco a poco, hasta que se pueda manipular la masa. 


Se forman las albóndigas con la mano. Para calcular la porción de masa he cogido una cucharilla de café, así salen albóndigas pequeñas que creo quedan mejor. Se pasan por la harina de mandioca tostada  y se fríen. Se van sacando en un plato con papel absorbente, para que no queden muy aceitosas. Si no tienes harina de mandioca, puedes usar un pan sin gluten rallado. Nosotros usamos esta harina porque tiene la misma textura y prestaciones que el pan rallado tradicional. 


Por otro lado, hacemos la salsa de tomate. Para ello ponemos un poco de aceite de oliva en un cazo, añadimos el ajo y la cebolla finamente picados, así como la zanahoria pelada y cortada en cubitos pequeños. Cuando empiezan a dorarse, se añade el tomate triturado o, si es fresco, pelados y cortados también en dados pequeños. Se añade sal, pimienta y una cucharadita de albahaca picada (fresca o seca). Mantenemos el cazo tapado a fuego lento unos 20 minutos, hasta que el tomate esté hecho. Una vez hecho, se puede pasar por la batidora para que los peques no se encuentren pedacitos en la salsa.


Entonces se añaden las albóndigas y se dejan uno o dos minutos más en la candela. 

Aparte, cocemos la pasta en agua con sal siguiendo las instrucciones del paquete. Una vez lista la pasta, la escurrimos y servimos inmediatamente en el plato. Ponemos encima las albóndigas con la salsa de tomate. ¡Y, si eres quesero, no olvides espolvorear tu queso preferido!

Y ya solo queda disfrutar de un plato sabroso, saludable, vegetariano y sin gluten. ¿Qué mas se puede pedir?





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