PAPAS CON ALCAUCILES

Sabor casero y familiar en un plato de cuchara.

¡Cuánto nos gusta en casa el cuchareo! Sé que hay mucha gente que, como nuestra familia, disfruta de los platos y guisos tradicionales "de cuchara". Y que esta época de invierno es ideal para poder cocinarlos y degustarlos. En casa gustan mucho los guisos de patatas (con carne, pescado, verduras...) y la verdad es que apetecen mucho los días de frío, no sé si será porque la patata conserva mucho tiempo el calor en su interior y un plato de este tubérculo no se enfría por muy despacio que comas.


Hoy he preparado este guiso de patatas con alcachofas, o papas con alcauciles (pronunciado alcausiles, con acento sevillano) que es como se llamaba en mi casa cuando éramos pequeños. Los alcauciles son, según veo en el diccionario de la RAE una alcachofa silvestre, pero también nos podemos referir con esta palabra a cualquier alcachofa. La abuela Celina las llamaba así y así las conocimos en nuestra infancia. A mi me gusta seguir usando este término de procedencia árabe y tan común por la Andalucía de mis ancestros porque me mantiene conectada a mis raíces. Y así se lo transmito a mis hijos. 

Las alcachofas no son una hortaliza muy popular, pero a mi me encanta su sabor. Y no hay que olvidar que son ricas en calcio, magnesio, potasio, fibra y vitaminas del grupo B. Son un diurético excelente y su consumo proporciona beneficios a nuestro hígado y a nuestra flora intestinal. Prueba a comerlas de este modo tan sencillo. 

Si buscas otro plato de patatas guisadas, puedes mirar esta receta de patatas con carne o la de patatas con soja texturizada, las sencillas y ricas papas en cabritillo o el guiso de papas con chocos.

QUÉ NECESITO:

Hoy he cocinado para dos personas.

  • Un bote de alcachofas en conserva, de 400 gramos (peso neto). Mi madre hacía este plato con alcachofas frescas. A nosotras nos encantaba ir quitando hojas y chuperretearlas hasta llegar al corazón de la alcachofa. Yo hoy lo he hecho con alcachofas en conserva, tiernas y listas para consumir. 
  • Tres o cuatro patatas de tamaño mediano
  • Una cebolla fresca, dos dientes de ajo
  • Unas ramas de perejil, dos hojas de laurel, sal, pimienta, unas hebras de azafrán
  • Aceite de oliva virgen extra, vino blanco

CÓMO SE HACE:

Primero hacemos el sofrito: Picamos la cebolla fresca y la echamos a la sartén donde habremos puesto un chorrito de aceite de oliva. Añadimos los dientes de ajo pelados y cortados en láminas, y las hojas de laurel. Sofreímos unos minutos hasta que empieza a dorarse la cebolla. 


Añadimos las alcachofas escurridas, pero guardamos el líquido que viene en el bote. Si usamos alcachofas frescas, se echan una vez limpias habiéndole quitado las hojas externas y las puntas y después de enjuagarlas bien en agua con limón. 


Rehogamos con cuidado los corazones de alcachofa y le añadimos un chorrito de vino blanco. A continuación ponemos las patatas peladas y chascadas, media cucharadita de sal y un poco de pimienta negra. Esperamos a que evapore el alcohol y echamos el jugo del bote de las alcachofas. Añadimos agua hasta cubrirlo todo. Ponemos finalmente un buen pellizco de azafrán y dejamos cocer en la candela entre 15 y 20 minutos, dependiendo del tipo de patata. 


Al servir los platos se añade un poco de perejil picado. Pero este también se puede añadir a la cazuela durante la cocción, como lo hacía la abuela Celina.

¡Y ya solo queda servir y disfrutar! 



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